jueves, 29 de septiembre de 2016

Leyenda Urbana: El juego de la pelota


La perdida de un hijo es el dolor mas grande que puede experimentar un padre, esta leyenda urbana ademas de miedo da tambien un poco de tristeza 


Un ex militar, recientemente dado de baja, estaba a punto de ser papá. Tal fue su felicidad por la llegada de aquel varoncito que se dedicó a pasar mucho tiempo con él.
Cuando el niño cumplió 4 años decidió regalarle una pelota, con la cual jugaban todos los días. El papá la pateaba lentamente hacia el y el niño se la devolvía con la mano.
Con el correr de los días, empezó a imitar aquella acción, y también chutaba el balón para devolvérselo a su padre. Esto se volvió algo muy común entre ellos, día tras día y tras día, repetían aquella actividad que compartían juntos.
Uña mañana de domingo mientras jugaban alegremente, por una distracción de su mujer, el ex militar no se percató de que lanzo algo fuerte la pelota y fue a parar detrás de unos árboles.
Cuando se dio cuenta de que el niño había ido tras ella, ya no podía divisar ni a él ni su pelota. Rápidamente fue en su búsqueda pero no consiguió encontrarlo. Empezó a sentir pánico, busco y busco pero no había señales.
Pronto se sumaron amigos, vecinos y la policía pero solo se pudo recuperar la pelota. Después de un tiempo como suele darse en estos casos se lo dio por muerto.
Pasaron los años, el matrimonio aún sigue junto, él está desempleado, y la esposa tiene dos empleos, todo se estaba destruyendo. Aquel pobre hombre pasaba sus tardes lamentándose aquel día mientras miraba las cartas de rechazo a cada empleo al que aspiraba.
Destrozado, por la pérdida de su hijo, no podía superar el hecho de haber tenido que enterrar un cajoncito lleno de piedras. Una tarde mientras sentado en su escritorio miraba las cartas de rechazo sintió un golpecito en la alfombra, era la pelota que tenía guardada en un estante como su tesoro más preciado.
Aquel balón le recordaba los días en que solía jugar con el niño, lo recogió y volvió a posarlo en el estante. Casi inmediatamente volvió a sentir el golpecito. Con mucha nostalgia chuto el balón como salía hacerlo paso la pared y regreso como sucedía con su hijo.
Y así estuvo un rato pateaba y la pelota volvía y con lágrimas en los ojos disfrutaba de aquel juego paranormal como en aquellos hermosos días. En un momento agarro el balón y lo apretó contra su pecho mientras lloraba desconsoladamente.
Al día siguiente, con algo de miedo, salió a buscar la correspondencia con algo de miedo sabiendo que allí estaba las cartas de rechazo y deudas. Pero esta vez había una carta diferente, un sobre grande escrito a mano. Dentro del mismo había el trozo de la ropa de un niño y con sangre decía “gracias por enseñarme el juego favorito de tu hijo, tal vez así por lo que está pasando podrá ser un poco mas llevadero”



No hay comentarios.:

Publicar un comentario