Regularmente en los bosques suceden cosas perturbadoras, asesinatos, avistamientos de criaturas extrañas y demás cosas. La típica cabaña
en medio de estos lugares siempre nos trae una sensación de desconfianza. El protagonista
de este relato se refugió en una, pero ¿estaba solo?
Un hombre que vivía en una zona rural había acudido a la
ciudad por motivos de negocios. Su camioneta se había averiado, por lo que decidió
irse caminando. No sabía los tramites que debía realizar le tomarían todo el día.
Al regresar no quería que la noche lo alcanzara antes de
llegar a su casa, por lo que se dispuso atravesar un bosque para acortar la
distancia, pero a mitad de camino se perdió.
Como la oscuridad estaba al caer decidió buscar un lugar donde
refugiarse. Encontró una cabaña abandonada pensó que lo mejor sería descansar y
retomar el rumbo al otro día
Dentro de ella había, unas pinturas de espectros que lucían bastantes
aterradores. Sin prestar mucha atención se acostó en el suelo cerro los ojos y
se durmió
A la mañana siguiente, se despertó cuando la luz del sol le
daba en la cara, y al levantarse quedo horrorizado con lo que vio. Lo que vio
no eras cuadros sino ¡VENTANAS!
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Fuente: el contenido del post es de mi autoria y/o recopilación de varias fuentes.
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